Creo firmemente que la inteligencia colectiva es el oro de Internet y las redes sociales.
Creo también que la capacidad de las redes para producir conocimiento y acción no tiene que ver, o no solamente. con la masificación o «viralización» de determinadas informaciones.
La información es abundante como nunca y viaja velozmente es cierto, pero los lazos que construyen conocimiento a partir de ella caminan a otro tiempo, en la deliberación y el debate; en el encuentro de los que se reconocen como comunidad y estrechan lazos sin que esto merme su autonomía o su libertad. Los que además de conectarse se miran, se conocen y se reconocen como pares.
Más allá del Like y del +1, en las miles de formas de colaboración que Internet permite y la vida alienta, hay en estas comunidades reales una fluido «instinto de red» que se extiende a la calle (el internet zero, frase acuñada hasta donde sé por Geraldine Juárez) a veces para el emprendimiento y la creación de mercados, otras veces para la acción política y la denuncia.
No los une ser parte del movimiento sino el hecho de que se mueven. Cambian la forma de la red continuamente con muchos centros y ante circunstancias diversas. La eficacia de sus acciones reside en su condición líquida, en la capacidad de desarrollar claves de éxito que no se repiten como fórmulas porque aprenden continuamente.
Si las escaramuzas y «catástrofes» en redes sociales han enseñado algo a los candidatos, quizá puedan comprender que la estrategia del ruido favorece en lugar de evitar el «troleo» masivo y la agresión. Reconocer y escuchar la inteligencia de la red les permitiría conectar con innovadores sociales (abundan) con especialistas en muy diversas materias ( abundan) con voces respecto a las cuales contrastarse y #enunmundoperfecto adquirir también la inteligencia que proviene de la crítica.
En ese propósito no caben los slogans y frases acartonadas, para que fuera exitoso sería importantísimo dedicar tiempo y recursos a esas interlocuciones, llevarlas a encuentros y foros, hacerlas públicas y ampliamente visibles. Dependería de la posibilidad de reconocer que la sociedad de la información tiene un valor mucho mayor al de un «Trend Topic», o la nota de televisión citando a Twitter.
Lograrlo requeriría de un acuerdo para dejar de producir cámaras de eco electrónicas, bajarle al bot y al RT programado. Recordando que las «turbas tuiteras» solo se producen cuando el ruido es muy alto en la conversación y la pérdida de inhibición asociada desata con facilidad el insulto o la agresión.
Se trataría de construir en colaboración proyecto y visiones, no todas y no para todo, pero tampoco asumiendo que ellos son el único centro posible. Escuchar con esta perspectiva la red les daría una base de definición para planear una estrategia en redes basadas en las oportunidades de interlocución y el debate.
Pienso que quienes lo intenten saldrán ganando y encontrarán que muchas veces las redes se comportan con rumbo, con orientación y con una visión del destino que muchos mexicanos deseamos para el país. Tenemos una oportunidad en el 2012 sin importar lo que suceda pienso que el proceso de maduración de las redes no se detendrá.
¿Migraremos juntos a una actividad de red más madura y productiva? ¿Qué lo impide?
No podría estar más de acuerdo contigo bro. El uso que hacen los políticos de internet y sus posibilidades parece acarreo de los 70. Tonto e inefectivo, pero muy polarizante.