Déjala ir, dijeron
mientras sostenía tu mano
(todo estaba decidido)
Déjala ir, susurraron
otorgándome un poder imposible ante la muerte
Déjala ir, murmuraron
mientras yo buscaba en tu mano mi refugio
Déjala ir, ordenaron.
Mis rodillas tocaron el filo de cristales rotos
fragmentos de plegarias a un dios que me ignoró
Déjenme ir, les dije
(estaba todo decidido)
Cómo explicarles que no intentaba retenerte en este mundo
que era tu mano la que me sostenía
Déjala ir, obedecí.
Luego el silencio
y dentro del silencio el abismo
y en el abismo tu mano
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Acerca de alxrubio
Curioso, indagador, indeciso vocacional. Autor de "De Diez en Diez. Diario de una cuarentena" Guitarra en "La Súper Cocina"
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